Historiografías, núm. 26, jul-dic 2023

por Iago Brais Ferrás García

Universidad de Santiago de Compostela

 

En el “campo historiográfico” de las historias de España hay diversos autores y obras que por su circulación y recepción son considerados como los grandes artífices de la memoria del pasado hispánico. Entre ellos destacan Alfonso X y su Estoria de España del siglo XIII, Juan de Mariana y su Historia general de España (1601), y Modesto Lafuente y su Historia General de España (1850-1867). Sin embargo, un autor que no suele aparecer en el imaginario colectivo en una primera instancia es Rafael Altamira. Un intelectual[1] de la transición del siglo XIX al siglo XX que escribió una monumental obra titulada Historia de la civilización española, la cual vio la luz por primera vez en 1902.

La Historia de la civilización española de Altamira no es un recorrido cronológico de la historia de España desde la historia política, rasgo característico de sus predecesores, sino una narración articulada desde un prisma sociocultural. Su escritura se inserta en la profunda preocupación de este autor por su presente y en su voluntad por intervenir en la “esfera pública”[2] posdesastre de 1898. Así, en la producción historiográfica de Altamira permea una concepción de la historia como un instrumento útil para la socialización de una idea nacional, considerada tan necesaria por este autor para su contemporaneidad. Entre los principales especialistas que han trabajado sobre Altamira podemos destacar a Palmira Velez[3], Gonzalo Pasamar[4], Rafael Asín[5], Hebe Carmen Pelosi[6] y Francisco Moreno[7].

Con este marco, el profesor José María Portillo Valdés ha realizado en 2022 una edición de la Historia de la civilización española. Se trata de la última y más completa edición hasta la fecha que se inserta en las ya más de ocho que ha tenido esta obra de Altamira, tanto en español como en inglés, francés e italiano. Un síntoma del éxito y gran valor histórico e historiográfico del texto. El profesor Portillo Valdés es un catedrático de historia contemporánea en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibersitatea que también se ha formado en la Universidad Autónoma de Madrid bajo la influencia de Pablo Fernández Albaladejo. Además, ha sido profesor en las universidades de Georgetown, Nevada, Santiago de Compostela, Colegio de México, Externado de Colombia y Chicago. Sus principales líneas de investigación plasmadas en multitud de libros, capítulos de libro y artículos se enmarcan dentro del estudio de la historia constitucional española[8]. Así, en particular, destacan sus trabajos sobre la historia institucional vasca[9] , sobre el proceso de reforma constitucional de la transición del siglo XVIII al siglo XIX[10], y sobre la relación entre violencia y política en el tardofranquismo y la transición[11].

Al lado de esta dimensión académica[12], Portillo Valdés a nivel biográfico ha sufrido las consecuencias de la banda terrorista ETA. Tuvo que abandonar el País Vasco a inicios del siglo XXI tras dos atentados contra su vehículo dentro del campus universitario en 1997 y 1999, y tras el asesinato de su amigo el periodista José Luis López de Lacalle[13]. Además de su compromiso en la lucha contra ETA, fue militante del Partido Comunista de Euskadi y del Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra. Por todo ello fue galardonado en el año 2003 con la Orden del Mérito Constitucional por parte del Gobierno de España.

Tenemos, en definitiva, una edición elaborada por un académico de máximo prestigio y especializado en la temática. La editorial bajo la que se publica esta nueva actualización de la Historia de la civilización española es Urgoiti Editores, un proyecto intelectual que se autodefine como un órgano de difusión para dar a conocer la historia como género cultural y como constructora de actitudes y pensamientos. La obra de Altamira se inserta en su colección “Historiadores”, reservada esta para aquellos trabajos que ejemplifican el modo de hacer y de pensar de los historiadores más destacados. Asimismo, una de las directrices que marcan las obras editadas en esta colección de Urgoiti es su acompañamiento con trabajos de investigación en forma de estudios preliminares de entre 60 y 200 páginas en donde se abordan cuestiones como sus contextos de producción, tanto intelectuales como biográficos e historiográficos.

La edición elaborada por el profesor Portillo Valdés ha utilizado la versión de 1988 editada por Rafael Asín, basada esta en el último manuscrito mecanografiado del autor. Sin embargo, se diferencia en dos grandes cuestiones. En primer lugar, para el capítulo inicial, “Idea y estructura de una nueva Historia de la civilización” (pp. 5-24), Portillo Valdés ha acudido al artículo que con el mismo título Altamira publicó en la revista Filosofía y Letras. En segundo lugar, esta edición ha podido completar la versión definitiva del libro al acudir a la última publicada que pudo revisar el propio Altamira, la italiana de 1935, de la que se rescatan páginas sobre la dictadura de Primo de Rivera y que están ausentes de la edición de 1988. Una cuestión no baladí, ya que su escritura podría ser estudiada, por ejemplo, desde una perspectiva historiográfica de la historia del presente, es decir, planteando a Altamira como un “doble sujeto”, tanto historiador como testigo y fuente de los propios acontecimientos que escribe[14].

Así, la presente edición se compone de una “Introducción” (pp. 25-30) que precede a una historia cronológica en la que los siglos anteriores a la contemporaneidad de su autor son escritos con mayor profundidad: I. “Tiempos primitivos” (pp. 31-50), II. “La influencia romana (siglo III a.C. a siglo V d.C.)” (pp. 51-62), III. “El cristianismo” (pp. 63-66), IV. “La dominación visigoda” (pp. 67-74), V. “La dominación musulmana (siglos VIII al XI)” (pp. 75-96), VI. “Tránsito de la hegemonía a los reinos cristianos y elaboración de la propia cultura nacional (siglos XI al XV)”, pp. 97-136, VII. “El fin de la reconquista, la unidad política y el comienzo de la grandeza espiritual (1479 a 1517” (pp. 137-156), VIII. “La supremacía española política y espiritual, y la decadencia (1517- 1700)” (pp. 157-84), IX. “El renacimiento del siglo XVIII (1701-1808)” (pp. 185-212), X. “El siglo XIX y comienzos del XX (1808-1923)” (pp. 213-266), XI. “La primera mitad del siglo XX” (pp. 267-290). Por último, el editor para facilitar la lectura y la comprensión del texto ha añadido un índice onomástico y general (pp. 291 en adelante).

Como se ha indicado previamente, las ediciones de la colección “Historiadores” de Urgoiti Editores van acompañadas de un exhaustivo estudio introductorio. En Historia de la civilización española Portillo Valdés ahonda e investiga pormenorizadamente la relación de la escritura de esta obra con sus diferentes contextos intelectuales y de producción. Así, su estudio titulado “Patriotismo, civilización e historia imperial en Rafael Altamira” (pp. XI-XCVI) se compone de cinco apartados. Primero, se realiza un abordaje de la esfera biográfica e intelectual de Altamira (pp. XI-XX). En este epígrafe podemos entender el impacto del exilio en su pensamiento como consecuencia del avance y acoso de los regímenes totalitarios europeos, así como sus intentos de continuar con sus trabajos académicos desde México. Es particularmente interesante como Portillo Valdés define con claridad los tres pilares fundamentales de la obra de Altamira: a) el interés patriótico, b) el giro de la historia nacional a la historia de la civilización, y c) la historia imperial.

Luego, en “De la historia de la nación a la historia de la civilización” (pp. XXI-LI) se aborda cómo el gran proyecto historiográfico de Altamira surgió ya en la última década del siglo XIX. Se trata de un análisis de los diferentes contextos que conforman el contexto de producción de la obra, con especial énfasis en la esfera intelectual. Gracias a ello podemos identificar cómo en la Historia de la civilización española se produce un cambio con respecto a las previas historias cronológicas de matriz política, como la Historia General de España de Modesto Lafuente. El tercer apartado, “España en el mundo: una nueva historia imperial” (pp. LIII-LXVIII), examinar cómo Altamira reflexionó y elaboró su discurso historiográfico en una realidad marcada por dos acontecimientos: a) la mayor expansión imperial de la mano de nuevos actores como Estados Unidos de América, Alemania y Japón, y b) la desaparición de la preeminencia España del escenario político global.

Para finalizar, los dos últimos apartados se refieren a la historia vivida por Altamira. En “¿Qué hacer con el siglo XIX?” (pp. LXIX-LXXXVII) Portillo Valdés muestra la relación de los problemas de la transición del siglo XIX al siglo XIX, como las consecuencias de las revoluciones liberales en España o el llamado desastre del 98, con la concepción que Altamira tenía de la historia. Además, incide en cómo este autor sostuvo que desde el pensamiento histórico podían hacerse aportaciones sustanciales para enfocar correctamente el llamado “problema de España”. Finalmente, en “El ‘Librito’” (pp. LXXXIX-XCVI), denominación utilizada por el propio Altamira para referirse a su obra, se sintetiza la empresa historiográfica de Altamira, con sus diversas ediciones y cómo estas surgieron a partir de un encargo manualístico del editor Soler.

En definitiva, el profesor Portillo Valdés, uno de los mayores especialistas en la época tratada, ha realizado una sólida edición de la Historia de la civilización española de Altamira. Especial mención recibe su estudio introductorio, de gran valor ya no solo por su indudable calidad sino también por su claridad expositiva y bibliográfica. Un trabajo de especial relevancia para el contexto actual en el que se produce un resurgimiento de los estudios sobre la identidad española, la memoria colectiva, la nación y el nacionalismo en España. Las ideas de Altamira y su producción historiográfica son de gran utilidad parar comprender no solo quiénes somos, sino de dónde venimos. Máxime en un contexto intelectual de guerras culturales y de guerras de la memoria, en el que los grandes actores de la “esfera pública” sitúan a las cuestiones identitarias en el centro de sus discursos. Así, tal y como apunta Portillo Valdés sobre el intelectual alicantino: “Como sucede con el Guernica de Pablo Picasso, […] su lugar está aquí, entre nosotros”[15].

[1] François Dosse, La marcha de las ideas. Historia de los intelectuales, historia intelectual (Valencia: Universidad de Valencia, 2007).

[2] Jürgen Habermas, Historia y crítica de la opinión pública. La transformación estructural de la vida pública (Barcelona: Gustavo Gili, 1981).

[3] Palmira Vélez, La historiografía americanista en España, 1755-1936 (Madrid: Iberoamericana Vervuert, 2007).

[4] Véase su inclusión en Gonzalo Pasamar, Apologia and criticism: historians and the history of Spain, 1500-2000 (Berna: Peter Lang, 2010); y también en su diccionario elaborado junto a Ignacio Peiró, Diccionario Akal de Historiadores españoles contemporáneos (1840-1980) (Madrid: Akal, 2002).

[5] Véase, Rafael Asín, “Estudio introductorio” a Rafael Altamira, Historia de España y de la civilización española (Barcelona: Crítica, 1988).

[6] Véase, Hebe Carmen Pelosi, Rafael Altamira y la Argentina (Murcia: Cuadernos América sin Nombre, 2005).

[7] Véase, Francisco Moreno, Rafael Altamira Crevea (1886-1951) (Valencia: Generalitat Valenciana, 1977).

[8] José María Portillo Valdés, Revolución de nación: orígenes de la cultura constitucional en España, 1780- 1812 (Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2000); junto a José María Iñurritegui Rodríguez (eds. lit.), Constitución en España: orígenes y destinos (Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1998).

[9] José María Portillo Valdés, El sueño criollo: la formación del doble constitucionalismo en el País Vasco y Navarra (San Sebastián: Nerea, 2006).

[10] José María Portillo Valdés, Crisis atlántica: autonomía e independencia en la crisis de la Monarquía Hispana (Madrid: Marcial Pons, 2006); y junto a Bartolomé Clavero Salvador y Marta María Lorente Sariñena, Pueblos, nación, constitución (en torno a 1812) (Victoria-Gasteiz: Ikusager, 2004).

[11] José María Portillo Valdés, Entre tiros e Historia. La constitución de la autonomía vasca, 1976-1979 (Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2018).

[12] Para un abordaje y la conexión entre los diferentes planos de la figura del “autor” de un texto, Michel Foucault, “¿Qué es un autor?”, Dialéctica: Revista de la Escuela de Filosofía y Letras 16, año IX (1984): 51-82.

[13] Genoveva Gastamiza, “El profesor Txema Portillo se va de Euskadi por el acoso terrorista”, El País (Madrid), 16 de octubre de 2000.

[14] Julio Aróstegui, La historia vivida: sobre la historia del presente (Madrid: Alianza, 2004); Gonzalo Pasamar y Roberto Ceamanos, Historiografía, Historia contemporánea e Historia del Presente (Madrid: Síntesis, 2020); e Israel Sanmartín Barros, “Las historias inmediatas y del presente en la historiografía actual”, Historiografías: revista de historia y teoría 15 (2018): 36-51.

[15] José María Portillo Valdés, “Patriotismo, civilización e historia imperial en Rafael Altamira”, en Historia

de la civilización española, Rafael Altamira (Pamplona, Urgoiti Editores, 2022), p. XCVI.

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