Desperta Ferro. Arqueología e Historia, núm. 16, 2017

    Este libro no es una reedición cualquiera de parte de la obra científica que, en conjunto, Abilio Barbero y Marcelo Vigil publicaron entre 1965 y 1978. El objetivo de la colección «Historiadores» de Urgoiti Editores es mostrar qué hay detrás de determinadas obras y autores que han ayudado al avance de la investigación histórica. El resultado, en este caso, es un muy buen análisis de las hipótesis de los autores y, además, una mirada certera a las bambalinas de la investigación: quién es el historiador, cómo es recibida su obra y qué es de ella. Buena parte del libro comprende cuatro artículos de Barbero y Vigil. Su objeto de estudio fue muy atrevido en su época: qué orígenes tenían aquellos que encabezaron lo que se llamaría Reconquista. No hay que olvidar que en los años sesenta y setenta esta era un fenómeno mitificado por el nacionalismo español y alimentado por algunos historiadores. Sus conclusiones chocaron directamente con lo que hasta ese momento se decía sobre los protagonistas de la Reconquista.

    Las aportaciones de Barbero y Vigil fueron muy discutidas y aún lo siguen siendo. En este sentido, es muy valioso el estudio preliminar del medievalista Javier Faci, que repasa las trayectorias de las hipótesis de los autores hasta hoy y que, ante todo, fueron un revulsivo para el medievalismo español al impulsar diferentes líneas de estudio. ¿Fueron reconocidos por ello? Aquí es donde el prólogo toma una relevancia inusitada al dejarnos ver qué hay detrás del trabajo del historiador. El primer estudio de Barbero y Vigil tuvo al principio un nulo impacto entre sus colegas de profesión. Con el tiempo, sus teorías levantaron todas y cada una de las reacciones que una hipótesis histórica despierta: aceptación, enfrentamiento o desdén. Además las críticas a los trabajos se hicieron más duras conforme los autores fueron falleciendo prontamente. Barbero y Vigil no pudieron defender o evolucionar su trabajo, algo no excepcional y de lo que el prologuista da algunos ejemplos. Finalmente, la proximidad de Faci a los autores revela detalles de la vida de los historiadores que no aparecen en sus investigaciones pero que forman parte de ella: las difíciles condiciones de trabajo durante el franquismo, la enfermedad, la amistad de dos investigadores que conjugaron sus conocimientos para convertirse en un tándem interdisciplinar. Lo mejor de esta obra es que permite ver que quienes escriben sobre historia son humanos, con sus grandezas y sus miserias.

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