Aula. Historia social, núm. 17, 2006

Por Vicent Sanz Rozalén.

Desde hace algún tiempo Urgoiti Editores viene impulsando la colección «Historiadores». Con ella se recuperan textos históricos que podemos considerar corno clásicos, si bien la atención que historiográficamente se les había dispensado era más bien escasa. Pero con los textos escogidos se recuperan también sus autores para un público que no necesariamente debe poseer un elevado nivel de especialización. De la edición de cada uno de los textos se ha encargado un historiador con el objetivo de situar autor y obra en sus coordenadas históricas. Rastrear influencias sociales, culturales, políticas y económicas; rastrear las repercusiones de la obra en momentos posteriores; rastrear lo que hoy en día todavía pueden aportar esos textos para el conocimiento histórico. El volumen 17 de esta colección es Vindicación del general Maroto y manifiesto razonado de las causas del Convenio de Vergara, obra publicada en 1846 por un joven Antonio Pirala. De la edición se ocupa el principal especialista en carlismo que en la actualidad existe en la historiografía contemporánea, Pedro Rújula.

Detrás de ese decimonónico título se esconde una obra en que Pirala expone las bases de su quehacer como historiador donde el recurso a las fuentes documentales a la hora de justificar sus planteamientos se convierte en una pieza indispensable.

El Estudio Preliminar elaborado por Pedro Rújula focaliza los elementos más relevantes del texto y de su autor y ofrece al lector las claves para su comprensión como parte de nuestra historia contemporánea. Maroto y el carlismo. Pirala y su compromiso liberal. Dicotomías que son analizadas con rigor y ayudan a comprender en qué medida se interrelacionaban todas ellas en una compleja maraña de redes y vínculos políticos e ideológicos. Más allá de la obra en la que, por encargo del propio Maroto, Pirala refleja la intrahistoria del primer carlismo, y se exponen y analizan las pugnas entre las diferentes corrientes existentes entre los dirigentes de la “facción”, y se ponen en consideración los elementos que llevaron al general Maroto a tomar la decisión de firmar el Convenio de Vergara con el general liberal Baldomero Espartero, nos encontramos ante un documento histórico escasamente conocido y que, si bien no aporta nuevos conocimientos para la historia del carlismo, sí que nos ofrece la oportunidad de analizarlo desde nuevas perspectivas. La labor desarrollada en este aspecto por Pedro Rújula facilita la tarea y ofrece una sugestiva lectura para que el lector se imbrique con la obra, el autor y la época.

Por concluir. Nos encontramos ante un interesante texto de Pirala y un no menos sugerente estudio preliminar de Pedro Rújula. Un ejemplo de lo que debe ser el análisis histórico. Es necesario recordar en qué consiste este oficio de historiador cuando en los tiempos que corren no faltan quienes pretenden hacer un uso de la Historia que se aleja mucho de los mínimos cánones científicos.

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