Considerado uno de los primeros “arqueólogos-prehistoriadores” españoles, junto a Antonio Machado y Núñez, José Amador de los Ríos, Eduardo Saavedra, o Jorge Bonsor, Francisco María Tubino (1833-1888) se acercó a la arqueología como una ciencia auxiliar de la antropología, un medio para comprender y penetrar en el pensamiento y la vida de los pueblos antiguos. Influido por el darwinismo y Herbert Spencer, introducirá en España las ideas evolucionistas de E. Haeckel y las de K. O. Muller sobre la concepción del mito como expresión del conocimiento del mundo que poseía el hombre primitivo.

Miembro fundador de la Sociedad Antropológica de Sevilla (1871) y de la Sociedad Española de Historia Natural, fue elegido secretario general de la Sociedad Española de Antropología (1873). Redactor de la Revista de Antropología, órgano de expresión de la sociedad, asistió a diferentes congresos de prehistoria y antropología, y fue uno de los autores de La Creación. Historia Natural, obra en 8 volúmenes dirigida por Juan Vilanova (1872-1876). Fue además activo periodista desde carteleras como La Palma de Sevilla y especialmente La Andalucía, que dirigió entre 1860 y 1887; fundó la Revista de Bellas Artes (1866-1868), y colaboró en numerosas publicaciones científicas.

Entre su producción, muy abundante y variada, destaca Un trono en Méjico (1862), Estudios contemporáneos (1866), Estudios Prehistóricos (1868), El arte y los artistas contemporáneos en la península (1871), Cervantes y El Quijote (1872), Patria y Federalismo (1873), o Pedro de Castilla (1887).